Actualmente, las grandes marcas están llevando a cabo una estrategia de retail con apertura de tiendas radicalmente diferentes, donde la innovación y la vanguardia son claves, unidas a un funcionamiento no convencional: son las llamadas concept stores, que se han convertido en la experiencia de shopping definitiva.

 

Ángeles Montecelo

 

Estas nuevas aperturas no son simplemente grandes espacios físicos, sino que suponen la máxima expresión como marca. Se trata de espacios que proyectan y exponen moda, arte y cultura en entornos únicos basados en la creatividad y el diseño. Se trata de espacios exclusivos e inspiradores, que marcan la nueva manera de consumir, y que han revolucionado el mundo del marketing.

Este nuevo concepto de tienda pretende mostrar la esencia y los valores de una marca, ofreciendo la posibilidad de reforzar la relación con los clientes, porque no solo es un espacio para vender productos, también es un lugar para tomarse un café, aprender, diseñar productos especializados o hasta tomar un descanso; son espacios concebidos para la creación y gestión de una experiencia única y exclusiva, con el fin saciar a un consumidor que demanda experiencias de compra, más proactivas, entretenidas, auténticas y memorables.

El objetivo de este tipo de puntos de venta va más allá de que el cliente adquiera un producto; buscan vender una imagen de marca a través de una experiencia distinta a través de establecer zonas de ocio en las que el cliente pueda ir a relajarse y socializarse, por ejemplo.

Los minoristas son conscientes de los que uno de los competidores más fuertes para el éxito de sus tiendas corresponde al comercio online, y las concept stores son una respuesta eficaz, para crear experiencias únicas, más cercanas e impactante a sus clientes. Es importante tener en cuenta que los precios de los productos en línea, por lo general, son muchos más bajos y ese es un punto a su favor del online, y por ese motivo las concept store tienen ese valor agregado tan importante que es el placer de sentir, de emocionar y de adquirir el producto.

Estos espacios físicos persiguen mejorar la experiencia de sus clientes combinando de manera ecléctica, una variedad de productos y líneas de diseño cuidadosamente elaboradas, con el objetivo de atraer a un segmento específico de clientes.

 

Aunque las tiendas conceptuales no se deben confundir con las famosas tiendas flagship, ya que, si bien están diseñadas para estimular la participación del cliente, estas tienen como propósito vender y ganar dinero, a diferencia que las emblemáticas que tienen como objetivo único el promover la marca.

 

Son muchas las ventajas que ofrecen al retail esta nueva modalidad de punto de venta; por ejemplo, el hecho de que permiten combinar lo comercial junto con otros servicios buscando nuevas formas de expresión en el mundo físico, con lo cual crean conexiones mucho más sólidas con sus clientes en persona, superando al comercio en línea. Estas tiendas conceptuales permiten combinar lo comercial junto con otros servicios que permitan el acercamiento y disfrute de los compradores que pueden disfrutar en el mismo lugar de un café o sencillamente sostener una amena conversación, todo en el mismo sitio, lo que puede generar la construcción una comunidad, lo que va a beneficiar al retailers.

 

Aunque no existe una fórmula única para crear una concept store, un factor fundamental debe ser la creatividad unida a la innovación, siempre en función de la marca y de la experiencia que desea transmitir a los clientes. En este sentido, se trata de la creación de espacios que permitan conectar con los consumidores aprovechando las potencialidades de la tecnología, por ejemplo, poder combinar sin problemas la presencia online y de tienda física a la vez.

 

 

También es imprescindible que las concept stores sean una respuesta a la necesidad de cambio de los clientes, y esto les empujar a la reinvención constante para satisfacer a compradores insatisfechos del punto de venta, y que buscan una experiencia digan de ser compartida por los diferentes canales.

 

Uno de los elementos a tener en cuenta en estos espacios es la decoración. A través de la estética en el punto de venta la marca transmitirá el mensaje que será percibido por el cliente y que además lo motivará a querer vivir la experiencia; por esta razón, es importante ser único y crear espacios que rompan con la rutina de los consumidores, siendo disruptivo con los protocolos preestablecidos, aportando experiencias realmente enriquecedoras para sus clientes. Por esta razón, el retailer debe estar muy seguro de dar este paso, que romperá con la rutina del consumidor (recordemos que esta estrategia es una respuesta a la necesidad de cambio de los clientes) lo que exige la reinvención permanentemente para satisfacer a compradores cansados de acudir a grandes tiendas que no les aportan una experiencia para contar a sus familias y amigos al llegar a casa.

 

Es importante entender que cuando hablamos de concept store, tenemos que decir que la autenticidad es la clave. De ahí la importancia de que el minorista tradicional deje atrás muchos de los conceptos prestablecidos, y se atreva a contar historias capaces de satisfacer experiencias para lograr vender. Para lograrlo dispone de herramientas como el diseño, la selección de los colores, la creatividad y por supuesto la tecnología. Estas, y otras herramientas, le darán al retailer la posibilidad de brindar a sus clientes un nuevo nivel de satisfacción que premiará a la marca con su lealtad y la recomendación a otros.

 

Ángeles Montecelo

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